martes, 1 de mayo de 2007
nena, no te fijes en sus palabras, fijate en el movimiento de su boca, y si tiene más de veinte años eventualmente va a roncar, estás cagada, si follas y quieres dormir mejor vete a tu casa, porque eso de quedarse abrazados mientras el tipo te ronca al oido y tu miras la pared es sencillamente conmovedor. Y tu no quieres sentirte conmovedora, ni para el ni para ti misma, sobre todo (menos aun) para ti. Tu no quieres pensar estupideces mientras respira en tu boca, tu no quieres sentirte endemoniadamente sola con ese par de ojos abiertos, aunque te digan que eres preciosa, porque eso -esto lo sabemos las dos- no basta, y a esta edad, digo, a nuestra edad, eso ya no vende. Y el romanticismo es otro, ya no querís enamorarte como una loca adolescente, ni como una mujer aguerrida, y es que no somos ni uno ni lo otro. Tampoco queremos saberlo, o si? yo diria que tu no quieres, y yo prefiero no saberlo. Eso, el miedo, y que te follen mientras lloras, en el fondo eso es lo que buscas, un poco de sol, un poco de brazos y cuellos, unos besos húmedos, el olor del sexo, pero luego siempre perderse, sentirse inutil, se te olvida disimular y entonces se dan cuenta (ellos se dan cuenta) de que estas sola, pero realmente sola, no ese concepto abstracto basado en argumentos subjetivos y emocionales; no. tu estas sola, bonita, un poco más grande, un poco más idiota, cada vez más metida en ese papel que te toca actuar, en esa tonta vestida de ti, que no eres tu, en esa loca mala y maldita. en fin, no crees que deberiamos matarnos?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Oye weona. Me hacis falta. Me bajó la soledad así brigidamente. Debe ser porque me vine buscando lluvia y no quiere caer.
ResponderEliminar