Pero veras... hace mucho que descartamos el suicidio como una posibilidad real. Por el momento es sólo una fantasia, una valvula de escape. Es una salida facil para una situación realmente desesperada, es sólo que nos dimos cuenta de que ''situaciones desesperadas'' involucra cosas como ser mordido por un vampiro,pero no la miseria que nos toca vivir una o dos veces por semana, no la sensacion de llevar la vida a cuestas, ni ese peso extraño y ajeno en los hombros. Me imagino que se entiende; en el fondo el suicidio sirve pero sólo como passaporte poetico, como figura retórica.
La mesera se acercó con la bandeja. Ella le sonrió, derramó el azucar en el café, lo revolvió; siete vueltas contra el sentido del reloj. La sombra que estaba sentada frente a ella bebió un largo sorbo antes de preguntar:
-De modo que no apoyas el suicidio?
-No, no apoyo ninguna opcion de vida extrema, ni el suicido ni los viajes a la india buscando iluminación.
-Pero viajar a la india puede ser divertido.
-Te puedo asegurar que no.
Ella guardó silencio. El aprovechó para encender un cigarrillo. Afuera llovia. Apoyó la cabeza en el vidrio de la ventana para sentir la humedad y la vibración de la calle.
Está sintiendo el movimiento de la ciudad, pensó la sombra.
La mesera miraba hacia la calle y luego a la chica sentada frente a el.
A ella la habia visto antes. Aparecia algunas tardes, se sentaba en la misma mesa vacia, y pasaba su tiempo allí. Murmurando, moviendo a penas los labios como rezando sin tener fe. Extraña mujer. Ciertos días pasaba horas enteras, tomando el cafe a sorbitos como si estuviera hirviendo.
-Desea algo más?
-No, nada.
-Disfrute el cafe.
-Gracias.
La mesera se aleja pensando en lo ultimo que ha oido. Entendió algo que se le habia escapado durante todo este tiempo.