- Ramirez, tienes que ver esto.
bajó a la habitacion; la luz azulada y el frio lo desquiciaban.
- Qué tenemos?
- Lo unico que puedo decir: Mujer.
levantó con sumo cuidado la sábana blanca.
- Mierda.
- La conoces?
- Sí.
el silencio se escuchaba en el gotear del desague.
- Mira esto- y Ramirez miró.
la piel perfecta de la chica, los pechos firmes, los párpados lisos, el vello púbico de la muerta.
- Plástico.
La piel era suave y firme, pero el medico forence hizo una incision en el cuello, de la que no brotó ningún tipo de fluido, sólo quedaron expuestos tendones y fibra plástica.
Ramirez se echo a reir.
- Hijo de puta... cómo...
- Bueno veras...no envejecen, no engordan, no discuten, tenia un aliento fresco y limpio por las mañanas, no le llegaba la regla, y eso- decia susurrando, mirando a la chica- eso no era lo mejor... lo mejor de ella y de las que son como ella, es que uno puede desconectarlas cuando quiera sin armar ningún alboroto.
Acercandose al cuello de la muerta, Ramirez, huele su piel.
- Aunque es cierto que uno extraña la sangre de las mujeres, a veces.
Ya no te busco más. Tal como te vas ahora me voy yo.
ResponderEliminaramé esto.
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